Los pies son el mayor punto de infección para el crecimiento de hongos en la piel, sobre todo cuando se encuentran en un entorno húmedo o contaminado. Suele producirse por la falta de cuidado de la zona o por ignorar unos hábitos de higiene y salud. Los tipos de hongos en los pies y su crecimiento pueden variar en cada persona. Además, es fundamental saber identificarlos, ya que puede haber dificultades en su tratamiento que alteren el sistema inmunitario.
¿Qué son los hongos en los pies?
Los hongos en los pies son infecciones producidas por el crecimiento de microorganismos que viven en el tejido muerto de la piel, el pelo o las uñas. Por lo general, su aparición se inicia entre los dedos y se extiende hasta las uñas y la planta de los pies. Su presencia, puede provocar alteraciones y síntomas como:
- Ardor
- Grietas
- Olores desagradables
- Exceso de sequedad
- Durezas amarillas
- Sensación de quemazón
Tipos de hongos en los pies
Los hongos son una de las infecciones más comunes que afectan a gran parte de la población de los países industrializados debido al uso de calzados que no transpiran. Los tipos de hongos que afectan a los pies son:
- Tiña de uña. Se desarrolla con mucha facilidad en los pies y es comúnmente conocida como onicomicosis. Además, puede afectar también a la piel de las manos, ya que consiguen atacar con mayor facilidad la superficie de la piel. Se pueden detectar en las uñas si:
- Se quiebran con facilidad
- Desprenden mal olor
- Tienen manchas blancas y grietas
- Cambian de color
- Se deforman
- Se ponen muy duras, sobretodo la del dedo gordo
- Pie de atleta o tiña podal. Es la infección más común y la más difícil de tratar cuando no se detecta a tiempo. Los deportistas y los atletas son los más afectados, ya que la sudoración y el calor que produce el calzado provocan el ambiente perfecto para el crecimiento de los hongos. ¡Pero cualquier persona puede desarrollarlos! Así pues, se identifican si:
- Observamos pequeñas grietas en la planta y en los dedos del pie.
- Podemos percibir un olor fuerte.
- Tenemos sensación de picor y quemazón con rojeces.
- Los pies están enrojecidos.
- La piel se encuentra descamada o con ampollas.