El otro día os hablamos de la importancia del sueño en la vida cotidiana de las personas, y también nombramos las pautas de la higiene del sueño, perfectas para que aquellas personas que sufren de insomnio u otros problemas relacionados con el no poder dormir.
Las pautas de la higiene del sueño pueden dividirse en 4 grupos:
- Ritmo circadiano
- Cambios con la edad
- Factores de alertamiento
- Consumo de sustancias
Ritmo circadiano:
Este grupo va relacionado con el ritmo de vida que llevamos y a nuestros hábitos. Aunque lo ideal es dormir 8 horas, hay personas que necesitan de más horas o de menos para estar descansados. Los cambios de estación también pueden afectar a nuestro ritmo de vida y, por lo tanto, también a nuestro sueño.
La edad:
Está claro que las personas no dormimos lo mismo a los 10 años que a los 30, por eso, a medida que vamos creciendo y cumpliendo años, tenemos que empezar a seguir una rutina para poder conciliar mejor el sueño.
Factores de alertamiento:
Son factores que afectan a las personas haciéndoles padecer la pérdida del sueño, como pueden ser los exámenes, el trabajo, problemas de salud, etc. Generalmente son situaciones o factores que pueden generar situación de estrés.
Consumo de sustancias:
Como ya sabréis existen sustancias que al ser tomados pueden alterar el sueño, como es el caso de tomar café, fumar, consumir drogas, etc.
El consumo continuado del café, tabaco, etinol, drogas… pueden afectar al sueño muy seriamente.
La higiene del sueño puede ayudarte a dormir en esas noches de desvelo
La incapacidad para conciliar el sueño o permanecer dormido repercute en la calidad de vida de las personas para ello hay que mantener una buena higiene del sueño y seguir algunos consejos eficaces tales como:
- Intenta no utilizar el dormitorio como lugar de trabajo o para realizar otras actividades que no sean el reposo. Esto ayuda a asociar la cama con el sueño.
- Acondicionar el dormitorio antes de dormir para que tenga la temperatura adecuada.
- Crear un ambiente relajado y confortable en la habitación, modulando la intensidad de la luz y evitando los ruidos.
- Desconectar los móviles y otros dispositivos electrónicos y retirarlos del dormitorio.
- Acostarse siempre a la misma hora para que el sueño se convierta en un hábito.
- Realizar actividades relajantes una hora antes de acostarse.
- No hacer ejercicio intenso antes de irse a dormir.
- Evitar las cenas copiosas que pueden dificultar la digestión y hacer que resulte más difícil quedarse dormido.
- En verano, es importante no dormir con las ventanas abiertas para evitar que los ruidos de la calle interrumpan el sueño.
- Bajar las persianas para que el exceso de luz no nos despierte al amanecer.
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