El próximo 21 de septiembre se celebra el Día Mundial del Alzheimer. Un día proclamado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es la enfermedad neurodegenerativa más frecuente y la primera causa de demencia en la población. La pandemia generada por la COVID-19 ha supuesto que muchas personas sufran un aislamiento social durante meses y, en quienes padecen esta enfermedad, la situación de aislamiento se ha podido agravar o acelerar su deterioro cognitivo. Tal es así que se considera la nueva epidemia del siglo XXI.

El Alzheimer de manera generalizada

Como ya adelantábamos en las líneas anteriores, la enfermedad del Alzheimer es la causa más común de demencia, una pérdida de la función cerebral que afecta a la memoria, el pensamiento, el lenguaje, el juicio y el comportamiento. Un gran número de neuronas dejan de funcionar, pierden conexiones con otras neuronas y mueren.

Se desconoce la causa de la enfermedad, aunque muchos científicos creen que la acumulación de placas de beta amiloides y ovillos neurofibrilares en el cerebro está asociada con ella.

Los estadios de la enfermedad por lo general progresan desde leve a moderado y a severo. Los síntomas, generalmente, se desarrollan lentamente y empeoran gradualmente a lo largo de varios años; sin embargo, la progresión de la enfermedad y los síntomas varían de persona a persona.

El primer síntoma es el olvido, o también conocido como el deterioro cognitivo leve (DCL): EL DCL es una fase entre el olvido normal debido al envejecimiento y el desarrollo de la enfermedad del Alzheimer. Las personas con deterioro cognitivo leve tienen ligeros problemas con el pensamiento y la memoria que no interfieren en las actividades cotidianas. No todo el mundo con DCL desarrolla la enfermedad del Alzheimer.

Otros de los primeros síntomas de la enfermedad incluyen problemas de lenguaje, dificultad para realizar tareas que requieren reflexión, cambios de personalidad y pérdida de habilidades sociales. A medida que esta progresa, los síntomas pueden incluir un cambio de patrones de sueño, depresión, agitación y dificultad para realizar tareas básicas. Las personas con dicha enfermedad son incapaces de reconocer a los miembros de la familia o de entender el lenguaje.

 

Cómo se diagnostica

El diagnóstico de la enfermedad del Alzheimer se basa en la información clínica aportada por el paciente y sus acompañantes, y los datos obtenidos en la explotación física y cognitiva del paciente.

Es necesario siempre descartar causas tratables de deterioro cognitivo, por lo que los profesionales suelen realizar una analítica y un estudio de imagen cerebral como una tomografía computarizada o una resonancia magnética

No existe un tratamiento para prevenir la enfermedad ni para frenar el avance. Sí que se prescriben medicamentos que ayudan con algunos síntomas de la enfermedad y para mejorar la calidad de vida de los pacientes

 

Desde Farmacia Lizandra queremos celebrar ese día dando más información sobre esta enfermedad, la nueva pandemia del siglo XXI, y deciros que si, tenéis a alguien cercano con la enfermedad, es importante ofrecer ayuda, pues es la mejor medicina.