Una escara es una herida que se produce en la piel cuando nos exponemos a presiones, roces o abrasiones continuas por deslizamientos. Como consecuencia, las células de la piel se ven afectadas y mueren.
Las escaras también son conocidas como úlceras por presión que surgen en personas con movilidad reducida o encamadas, por un tiempo prolongado.
Estar constantemente en una misma postura puede producir escaras en los talones, las rodillas, las caderas o la parte inferior de la espalda.
¿Cómo prevenir la aparición de las escaras?
Curar una escara no es tarea fácil, pero podemos prevenir su aparición. Por eso, para impedir las escaras debemos:
- Realizar movilizaciones continuas para aliviar los puntos de presión. Existen personas muy sensibles. Por eso, las movilizaciones deben ser frecuentes y suaves.
- Revisar la piel diariamente para localizar posibles enrojecimientos, ampollas, fragilidad, sequedad o heridas. Hay que fijarse con mayor frecuencia en las zonas de prominencias óseas.
- Evitar las posturas que favorezcan el roce. También los pliegues que pueden producirse en las sábanas.
- Llevar una buena rutina de higiene: lavar con agua y jabón con pH neutro. Secar la piel con mucho cuidado en las zonas de pliegues y entre los dedos.
- Hidratar la piel con lociones hidratantes específicas y el organismo con agua abundante.
- Evitar las colonias, el alcohol o el talco. Son productos contraindicados porque resecan mucho la piel.
- Mantener una dieta variada, rica en proteínas y vitaminas. Hay que tener en cuenta las de los grupos B, A, C y D.
- Controlar la humedad. Esta puede producirse por muchas vías y debemos intentar controlarla.
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