Como vimos en nuestro artículo anterior, la articulación de la rodilla es muy compleja dando lugar diferentes tipos de dolencia. En este artículo os vamos a dar unos consejos para la prevención de problemas de rodilla.
Prevención de problemas de rodilla, ¿es posible?
Muchos problemas de rodillas pueden evitarse si mantenemos hábitos saludables, como mantener una buena alimentación y hacer ejercicio. Algunos consejos:
- Fortalecer los músculos de las piernas, ya que la sujeción se fortalecerá y se reducirá el impacto sobre la articulación.
- Realizar ejercicios de calentamiento.
- Utilizar un calzado adecuado, con un tacón moderado y si es necesario utilizar elementos correctivos como las plantillas.
- Mantener un peso saludable. El sobrepeso aumenta la presión en las rodillas.
- Evitar impactos, cómo saltar o correr sobre superficies duras.
- Utilizar rodilleras cuando comience a hacerse perceptible el dolor de rodilla.
Precauciones a la hora de practicar deporte
Si sufrimos dolor de rodillas debemos ser especialmente cuidadosos a la hora de practicar deporte y así evitaremos complicaciones o lesiones:
- Evita cambios bruscos de intensidad, el ejercicio debe ser moderado y gradual.
- Hay que calentar siempre antes de realizar una actividad física.
- La natación y el ciclismo son ejercicios muy adecuados para personas con problemas de rodilla.
- Evitar la realización de determinados deportes de impacto como el “running“, fútbol, esquí o rugby.
- Planificar tiempos de descanso, evita hacer demasiado ejercicio.
- Variar el tipo de entrenamiento. Cambiar el tipo de entrenamiento ayuda a reducir el impacto sobre las mismas articulaciones y músculos.
Tratamientos
Existen diferentes tratamientos en función del tipo de problema o lesión de rodilla:
- En el caso de lesiones como esguinces o sobrecargas, es muy recomendable reposar y aplicar frío mediante hielo o vendaje compresivo.
- Sin embargo, para dolencias debidas a artrosis o artritis es más eficaz la aplicación de calor con manta eléctrica o bolsa de agua caliente.
- Para disminuir la inflamación y dolor, el especialista puede recetar analgésicos o antiinflamatorios como el ibuprofeno o paracetamol.
- En algunos casos más graves, se puede requerir una intervención quirúrgica.
- También es interesante sobre todo, tras una operación o lesión, recibir sesiones de rehabilitación fisioterapéutica. De forma que se pueda recuperar y fortalecer la movilidad en la rodilla.
- Y finalmente, ortopedia. En algunos casos, será necesario utilizar una rodillera para evitar que la articulación se mueva demasiado, mantenerla alineada y evitar sobreesfuerzo de los músculos.
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