En el artículo anterior os contamos los tipos de tos que existen, pero ¿cómo la tratamos? Existen multitud de tratamientos naturales que nos ayudan a parar este síntoma e, incluso, existen productos de parafarmacia creados con su combinación para mejorar sus propiedades.
Remedios caseros para la tos
Toma miel
La miel es un tratamiento muy efectivo contra la tos y la garganta irritada. Se trata del remedio natural por excelencia. Se puede tomar directamente, pero para unos resultados aún mejores se aconseja mezclar con aceite de coco y jugo de limón.
Lo puedes tomar en jarabe natural o mezclarlo con té.
Té de tomillo
Las hojas de tomillo son un potente remedio para calmar la tos y a su vez relajar los músculos de la tráquea al tiempo que disminuye la inflamación.
Otra opción es vaporizar aceite esencial de tomillo para limpiar el ambiente con vaporizadores ambientales.
Date baños calientes
El vapor procedente del agua caliente suaviza las vías respiratorias y disminuye la congestión nasal y las flemas en garganta y pulmones. No es recomendable si la tos es debida al asma.
Coloca una cebolla partida en tu mesita de noche
Lo sabemos. No es la mejor fragancia, pero la cebolla tiene propiedades antiinflamatorias que disminuyen la irritación de las vías respiratorias en caso de tos. Además, su efecto antiviral ayuda a combatir los virus que producen la gripe y el resfriado.
Bebe mucha agua
Beber mucha agua alivia y disminuye la tos, ya que ayuda a sacar la mucosidad y mantener húmedas las membranas. En el caso de la tos seca, también alivia la irritación.
Usa jengibre
El jengibre es otro de los remedios naturales por excelencia. Tiene capacidades antistamínicas y descongestionantes, por lo que puedes hacerte un té de jengibre y aliviar los síntomas de la tos.
La mejor solución es combinar los remedios naturales. De este modo, puedes añadir al té de jengibre una cucharada de miel y un limón exprimido. Y dejar reposar bien la infusión.